Preparó un
palo al que le anudó una red, se vistió con bermuda, camisa roji_a y _apatillas
del mismo color.
Llegado el
mes de mar_o había quedado oficialmente inaugurada la temporada de ca_ a de la
letra “Z”, sea mayúscula o minúscula, manuscrita o imprenta.
_acarías se
llevaba las “Z” de cualquier charla de adultos o niños.
Se oían
ra_onamientos como:
-Hola, ¿Cómo
le va Gutiérre_?
-Aquí me ve,
otra ve_ en casa
O sino:
¡_ulema!
¡Capa_ que no vaya a la escuela hoy!
También de
ve_ en cuando visitaba los cuadernos de los chicos y se llevaba las letras “Z”,
pero prefería cambiarlas por una letra “S” o “C” así los chicos no lloraban
demasiado y los dejaba conformes.
_acarías
guardaba todas las letras zeta en una alcancía con forma de _apallo.
Un buen día
la alcancía, explotó de lo llena que estaba, con un tremendo ruido.
Todas las
letras zeta que había ca_ado y pescado volaban en el aire.
El niño
saltaba desesperado a los manota_os.
ZZZZZZZZzzzzz
zzzzzzzzZZZZZZ ocho zetas mayúsculas imprenta, cinco zetas minúsculas
imprenta,ocho manuscritas mayúsculas y seis mayúsculas manuscritas fue la
cantidad que _acarías atrapó, las guardó en su bolsillo y se fue a dormir. ¡Ah!
También se llevó las zetas del cuento para que su siesta sea más larga! ZZZZZZZ
Texto: Anabela Acuña