Al llegar a la playa colocar aceite bronceador sobre el cuerpo. Rebosar con arena, dar
vuelta y vuelta hasta ser milanesa y fritar al sol para lograr un punto bien
dorado.
Sobre un colchón de hojas verdes de tamarisco, sentarse con una
reposera a medio abrir y quedar sujeto estilo sándwich.
Cuando este bien caliente el mar incorporar aguas vivas a
gusto y cocinar hasta que termine el viento norte. Agregar el caldo a la preparación.
Acompañar con un refresco de agua salada y si quiere el
trago con espuma tiene que esperar a que rompan las olas.
Saborear hasta la puesta del sol.