martes, 8 de octubre de 2013

COME HOJAS

El monstruo como hojas nació un día de primavera de un brotecito cualquiera de las plantas del jardín.

Tenía algo parecido a las hojas primaverales, pura causa de la genética. Muchos poros que funcionaban como narices, el cuerpo y personalidad eran rayados, menos mal que eran rayas verticales, así afinaban su cintura.

Decían que era un poco nervioso porque siempre estaba hambriento y por culpa de un caracol que le dio un mordiscón se le formaron dos agujeros y sus ojos quedaron fuleros.

A medida que Come Hojas crecía comenzaban a florecer sus monstruosidades.

Las vecinas muy agradecidas estaban porque al llegar el otoño no necesitaban de sus escobas para barrer las veredas, Come Hojas comía las hojitas tiradas por el suelo y las que volaban con el viento.

Lo llamaban el monstruo camaleón porque a medida que lograba saciar su hambre voraz, cambiaba la tonalidad de su cuerpo al color de la hojas otoñales.

¡Amarillo! Quedaba… satisfecho y con gran indigestión.

Llego el día que se cansó de mantener el mismo menú durante años: hojas verdes del malvón, pétalos de los colores de la rosas, margaritas al ajillo y pensamientos al horno.Decidió buscar nuevos sabores para deleitarse: las hojas de papel.

Se levantaba bien temprano por la mañana, desayunaba un matehojita amargo y salía de compras. No recorría los supermercados buscando ofertas sino que visitaba las bibliotecas cercanas y aprovechaba las promociones de libros, lleve tres y devuelva en una semana.

Claro, Come hojas nunca devolvía los libros porque los cocinaba, hacía riquísimos revueltos de palabras acompañado con salsa de vocales. Para beber tomaba tinta malbec y acostumbraba hacer una picada de acentos, comas y puntos.

Se reunía con otros monstruos amigos hasta altas horas de la madrugada. Y así fue como al poco tiempo los vecinos comenzaron a darse cuenta que faltaban hojas de los libros y algunas tapas de cartón.

Entonces los vecinos decidieron citar una reunión de carácter urgente para socios e invitar a Come Hojas para que también estuviera al tanto de lo que sucedía.

Así fue como el monstruo se dio cuenta que por causa de su hambruna, había dejado a la cuidad entera sin ningún libro para leer.

A los libros digeridos no los pudo devolverlos, pero desde esa tarde concurre a la biblioteca y espera ser consultado por niños y grandes para resolver todas las dudas. Porque Come Hojas se transformó en un monstruo muy sabio luego de pasar tanto tiempo alimentándose de libros. Dicen que en la actualidad está a régimen para que sus vecinos no se enojen con él.


de Anabela Acuña