El monstruo como hojas nació un día de primavera de un
brotecito cualquiera de las plantas del jardín.
Tenía algo parecido a las hojas primaverales, pura causa de
la genética. Muchos poros que funcionaban como narices, el cuerpo y
personalidad eran rayados, menos mal que eran rayas verticales, así afinaban su
cintura.
Decían que era un poco nervioso porque siempre estaba
hambriento y por culpa de un caracol que le dio un mordiscón se le formaron dos
agujeros y sus ojos quedaron fuleros.
A medida que Come Hojas crecía comenzaban a florecer sus
monstruosidades.
Las vecinas muy agradecidas estaban porque al llegar el
otoño no necesitaban de sus escobas para barrer las veredas, Come Hojas comía
las hojitas tiradas por el suelo y las que volaban con el viento.
Lo llamaban el monstruo camaleón porque a medida que lograba
saciar su hambre voraz, cambiaba la tonalidad de su cuerpo al color de la hojas
otoñales.
¡Amarillo! Quedaba… satisfecho y con gran indigestión.
Llego el día que se cansó de mantener el mismo menú durante
años: hojas verdes del malvón, pétalos de los colores de la rosas, margaritas
al ajillo y pensamientos al horno.Decidió buscar nuevos sabores para
deleitarse: las hojas de papel.
Se levantaba bien temprano por la mañana, desayunaba un
matehojita amargo y salía de compras. No recorría los supermercados buscando
ofertas sino que visitaba las bibliotecas cercanas y aprovechaba las
promociones de libros, lleve tres y devuelva en una semana.
Claro, Come hojas nunca devolvía los libros porque los
cocinaba, hacía riquísimos revueltos de palabras acompañado con salsa de
vocales. Para beber tomaba tinta malbec y acostumbraba hacer una picada de
acentos, comas y puntos.
Se reunía con otros monstruos amigos hasta altas horas de la
madrugada. Y así fue como al poco tiempo los vecinos comenzaron a darse cuenta
que faltaban hojas de los libros y algunas tapas de cartón.
Entonces los vecinos decidieron citar una reunión de
carácter urgente para socios e invitar a Come Hojas para que también estuviera
al tanto de lo que sucedía.
Así fue como el monstruo se dio cuenta que por causa de su
hambruna, había dejado a la cuidad entera sin ningún libro para leer.
A los libros digeridos no los pudo devolverlos, pero desde
esa tarde concurre a la biblioteca y espera ser consultado por niños y grandes
para resolver todas las dudas. Porque Come Hojas se transformó en un monstruo
muy sabio luego de pasar tanto tiempo alimentándose de libros. Dicen que en la
actualidad está a régimen para que sus vecinos no se enojen con él.